La travesía comenzó el viernes, con la partida de tres grupos en distintos horarios: el primero salió a las 10:00, el segundo al mediodía y el tercero a las 14:00. El grupo uno, además, se dividió en dos emocionantes rutas: algunos optaron por el trayecto directo por la Ruta 5, ideal para quienes buscaban un viaje más relajado y eficiente. Sin embargo, otros se aventuraron a recorrer la espectacular Ruta de los Túneles, un camino lleno de historia y paisajes únicos que ofreció una experiencia más desafiante y memorable.
Al llegar a La Serena, los participantes fueron recibidos con un cálido ambiente de camaradería que marcó el inicio oficial del fin de semana de ruta. El broche de oro para esa jornada fue un rico asado, que no solo recargó energías sino que también permitió compartir anécdotas y risas alrededor de la mesa.
El sábado, el espíritu aventurero del club se puso a prueba nuevamente con dos rutas especialmente planificadas para satisfacer todos los gustos. Para los amantes del desafío y la adrenalina, se organizó una ruta off-road, donde los participantes enfrentaron terrenos más exigentes, disfrutando de la libertad que solo los caminos de tierra y piedras pueden ofrecer, pasamos por Chungungo, Punta de Choros y la ruta de las estaciones abandonadas. ¡Fue una experiencia única! Los paisajes eran impresionantes, desde las playas vírgenes de Chungungo hasta los misteriosos restos de las estaciones abandonadas.
Mientras tanto, aquellos que preferían disfrutar del paisaje y la comodidad de la carretera optaron por la ruta on-road, explorando los alrededores de La Serena con la tranquilidad que caracteriza a los viajes en asfalto. En San Félix, tuvimos que vivir una pequeña aventura cuando una de las motos comenzó a quedar sin bencina. Después de preguntar en varias casas, finalmente encontramos a un amable lugareño que nos vendió un poco de combustible. ¡Fue toda una odisea! Al final, todo salió bien y llegamos a Alto del Carmen.
Avanzada la tarde, paramos en Vallenar para almorzar unos sanguchitos en la plaza de armas, ya en el lugar nos vimos en la disyuntiva de continuar con la tercera etapa o retornar a las cabañas a descansar. La mejor decisión fue volver. Ver el atardecer en la ruta fue el cierre perfecto para un día extenuante.
Cada detalle del viaje reflejó el espíritu del Club GS Trail: la pasión por las motocicletas, la conexión con la naturaleza y el placer de compartir momentos únicos con amigos. Sin duda, fue un fin de semana lleno de kilómetros, paisajes inolvidables y experiencias que reforzaron los lazos entre todos los participantes.
Algunas fotos del evento acá
¡Hasta la próxima aventura!
