Mientras escribo estas líneas, pienso que toda esta ruta fue una mala idea. Estoy con un dolor de espalda del demonio, tomando varios medicamentos... pero no me aguantaba y salí nomás. A fin de mes me voy a Uyuni, vía Argentina y no sé cómo lo haré >:(... a puro pichicateo.
Aproveché el feriado largo para recorrer el camino que va más o menos paralelo a la línea del tren longitudinal norte, que parte en La Serena. Después de la Guerra del Pacífico, Chile buscó un medio de conectar el norte con el centro del país, mediante un medio distinto al naviero. Para ello, se hicieron múltiples estudios y finalmente hacia 1910 ya había un tramo que conectaba varias regiones del país. Todas, alejadas del mar, para, estratégicamente, evitar algún ataque naval.
Fue una obra inmensa. Para la época el nivel de ingeniería fue supino, fruto del abnegado de los trabajadores del salitre, que tanta riqueza le dieron al país, a costa de condiciones paúperrimas de laburo.
Partí en La Serena recorriendo el sector El Romero, para luego avanzar hacia la estación lambert. El camino, todo asfaltado. Luego de Lambert empieza un camino de tierra, en buen estado, que pasa por la estación Agua Grande. De a poco se empieza a internar hacia un estrecho valle, cruzado por magnificas estructuras metálicas, que han vencido al tiempo, pero que mueren con parsimonia.
Luego se sube una cuesta que lleva hasta la estación de Almirante Latorre, custiodada por un llamativo pueblo, que pese a estar metido a unos 60 kms hacia el interior de La Serena, por un camino no tan bueno para los autos, tiene harta vida.
La estación se conserva relativamente bien.
Mi idea era llegar hasta la estación Punta Colorada, atravesando Hualcuna y Piritas. Me interné luego de Almirante Latorre, siguiendo un mapa que había marcado. Fui preguntando a un par de vaqueanos que encontré, pero al poco rato se acabó el camino. Busqué alternativas, me metí unos tramos a la línea, pero me fui perdiendo.
Anduve como una hora dando vueltas, y cuando ya caché que estaba muy perdido (no uso GPS, mala cosa ahí), mejor me devolví.
Por esta vez fallé en la misión.
Y hoy domingo, motivado por un capítulo que vi de La Tierra en que Vivimos, me fui a recorrer la zona sur de Freirina, para conocer viejos y ya agotados yacimientos mineros del siglo XIX y principios del 20. Salí de La Serena hasta Punta de Choros y luego enfilé hasta Carrizalillo. Yendo por la ruta que lleva hasta Domeyko, tomé como variante la ruta C-494.
Rápidamente me di cuenta que es muy poco transitada. No me topé con nadie y se notaba que hacía mucho que no pasaba un vehículo por ella.
Pueblo de Carrizalillo
Ruta C500, en muy buen estado con bischofita
Rápidamente me encontré con yacimientos abandonados. Me parece que eran restos de El Higirio.
El camino se empezaba a llenar de piedras sueltas
Hasta que llegué a El Morado.Un derrame de relave me recibió de entrada, antes de ver las viejas casas de adobe, apenas en pie. Me llamó la atención el cementerio, indicio de la gran cantidad de personas que allí vivió, que hacía 1895 contaba con 295 habitantes. En 1973 el mineral se extinguió, acabando así con la vida del poblado.
El camino se seguí poniendo muy malo, sobre todo en el bajo de quebradas. Tuve que aplicarme en la conducción. Y, los cerros, me sorprendían con sus colores y formas.
La ruta me llevaba de arriba hacia abajo, bajo un sol implacable.
En la bajada de una cuesta, hago una mala maniobra entrando a una curva y me voy contra una piedra y matorral. A esa altura iba bien cansado y muy acalorado. No podía levantar la moto desde la izquierda y por la derecha estaban esas ramas que pinchaban. Me demoré como media hora cortando ramas para poder levantarla desde la derecha.
Unos kilómetros más allá, casi en el desvío para la zona de Quebradita, La Cobaltera y las chimeneas de Labrar, venía más o menos fuerte. No vi a lo lejos un banco de arena, que con el sol no se notaba. Se me clavó la rueda delantera y me caí.
Luego de eso, el camino se ponía muy bueno, con bischofita y mantenido como corresponde. Me metí hacia Labrar, cuando llegué allá me fijé que se había descargado el teléfono, así que en esos lugares no pude tomar fotos. Lo conecté y retomé las fotos antes de la cuesta La Totora, bastante larga y entretenida.
Llegué a Freirina, donde me dí una vuelta breve
Vallenar a comer algo. Ya eran las 16 aprox
Allí me encontré con dos motocumpitas de un grupo de WhatsApp que tenemos, así que nos fuimos hacia La Serena, no sin antes parar en Cachiyuyo a hacer la mentada llamada. EL TELÉFONO ESTÁ DE ADORNO!!!